Mucho se habla sobre la legitimidad de compartir material audiovisual en redes p2p, sobre todo en el caso de materiales cubiertos por copyright. Las discusiones se centran principalmente en dos cuestiones: la legalidad de dicha práctica, y el efecto económico sobre un mercado (venta de copias físicas) que muchos vemos como obsoleto. Básicamente las preguntas son: ¿El Estado lo permite ahora y/o debe permitirlo en el futuro? y ¿Quién pierde y cuánto, quién gana, y cuanto?
Me gustaría añadir un ángulo diferente (aunque indudablemente tratado también por otros extensamente), y es la moralidad. Muchos pensarán que este debate está superado, porque aunque legalmente se permita el p2p, nadie en su sano juicio puede pensar que obtener algo "gratis total", privando de ingresos al creador, es "moralmente bueno". Nada más lejos de la realidad. Si releemos esa frase, y el párrafo anterior, vemos que ese juicio supuestamente moral está realmente basado en legalidad y/o economía, temas que deben tratarse separadamente, aunque todo esté más o menos unido. Yo me refiero a un análisis más ideológico.
Primero podríamos empezar por acotar qué es "robar". Si nos preguntan qué es robar, la primera respuesta sería: quitar algo a alguien. Esta definición es muy buena, porque resume muy bien el problema. Quitar implica que se hace sin consentimiento, y, sobre todo, que el legítimo dueño lo pierde. Si alguien te quita una manzana, te quedas sin ella. Si alguien escucha tu idea y la aplica, no te quedas sin ella. Puede aplicarse el verbo "copiar", pero nunca "robar". La única manera de robar una idea es que te laven el cerebro para que dejes de tenerla, contra tu voluntad. De esto podría acusarse a emisoras de radio emitiendo machaconamente los últimos singles de ciertos cantantes, pero nunca a usuarios de p2p.
Entonces, si el usuario de p2p no tiene como objetivo robar (quitar) , ¿cuál es su objetivo? Dos cosas, de las cuales la primera es obvia: obtener. Pero la segunda es igualmente importante: compartir (dar). Las redes p2p no funcionarían si sus usuarios no dieran, además de recibir. Además, nadie roba, ya que por mucho que un usuario dé a los demás, no pierde nada de lo que ya tiene. Esto, que es un detalle técnico obvio, es de vital importancia moral. Compartir es algo que requiere cierto esfuerzo, por pequeño que sea. Aunque paguemos una conexión a Internet con el objetivo de obtener del p2p (no de dar), pagar la conexión no es el único coste. Mucha gente deja encendido el ordenador más tiempo del necesario para bajar (obtener) lo que desea, porque quieren subir (dar) a otros. Los ficheros, una vez bajados, ocupan espacio en el disco duro. Sería más cómodo borrarlos nada más bajarlos y verlos, pero mucha gente los sigue sirviendo (dando) aún cuando esto no les aporte beneficios directos. Otro ejemplo más: las conexiones a Internet (al menos en España) son muy asiméticas: permiten bajar información a nuestro ordenador muy rápidamente, pero subir información de nuestro ordenador a otros es comparativamente muy lento. Todos los usuarios de p2p que conozco lamentan este hecho, cuando si su objetivo es simplemente obtener (bajar) y no dar (subir), la asimetría debería serles indiferente. Es más, pensemos en la génesis de un archivo p2p. Un CD de Metallica que acabe en BitTorrent no empieza su vida allí como un bien que la gente quiere bajar para ahorrarse el comprarlo. Como el lector encontrará obvio, el primer paso, que precede a lo anterior, es subir el CD por primera vez a la red p2p. Alguien compra su CD de Metallica en su tienda de siempre, y al llegar a casa decide compartirlo. Como tiene un bien que le ha producido beneficio (le gusta Metallica) a cambio de una contraprestación (dinero), y como ve que puede repartir ese beneficio a una comunidad amplia (usuarios de p2p) sin perder el bien original (copiar, no robar), se toma su tiempo para subirlo a la red y que todos puedan bajarlo sin pasar por el esfuerzo económico que él tuvo que pasar.
Claro, podría alguien decirme, dar a los demás no produce beneficios directos, pero eso no quiere decir que el usuario de p2p que sube contenidos lo haga desinteresadamente. En primer lugar, los usuarios que no suben nada tienden a recibir menos conexiones de otros usuarios (si yo tengo el capítulo 1 de una serie, y tú el 2, y tú no me das nada del que tienes, probablemente yo no te daré nada del que tengo. Esto lo controla el programa de p2p automáticamente). Además, globalmente es deseable que todo el mundo suba contenidos con fluidez, para que todo el mundo los baje con fluidez. O sea, ¡que no son Hermanitas de la Caridad! (Bueno, las Hermanitas de la Caridad son buenas porque creen en un dios que las condenará al Infierno por toda la eternidad si son malas, o al menos que las premiará más cuanto mejores sean, así que el desinterés es un concepto muy relativo). Precisamente aquí es donde entra la moralidad. El universo p2p es uno en el que el usuario aprende que compartir puede ser beneficioso para todos, el "win-win" que dicen los americanos. Aprende que si te has bajado algo de la comunidad (otras decenas de usuarios que tenían el fichero y lo compartieron contigo), es justo y deseable que tú hagas lo mismo con otros, porque probablemente otros también lo desean. Desde la experiencia personal digo que alguna vez me he bajado algo que he visto mejorable (por ejemplo los subtítulos estaban mal, los nombres de los ficheros estaban incompletos o alfabéticamente desordenados, una peli incluye anuncios...) y he dedicado un tiempo a corregirlo, no solo para mí (que si así fuera, probablemente no valdría la pena el esfuerzo), sino para luego subirlo de nuevo corregido, con la intención de que la gente se baje la versión "buena". ¿Por qué? Pues porque me sabe mal que todo el mundo tenga que pasar por el mismo trabajo de arreglar el vídeo o lo que sea, si yo con un mínimo esfuerzo (a veces no tan mínimo) puedo solucionarlo para todos. Al fin y al cabo, me gustaría que los demás lo hicieran por mí.
Para mí, este aspecto de que "compartir es bueno", es una baza moral enorme del p2p. Tras siglos de "tanto tienes, tanto vales", de "gana dinero, sea como sea" y "si la gente desea lo que tienes, haz que paguen por ello", y viendo a donde nos ha llevado moralmente, no puedo por menos que alegrarme de ver llegar una tecnología que permite una compartición desinteresada (o interesada porque si yo soy bueno, todo el mundo es bueno, y deseo eso) de bienes. El p2p es un soplo de aire fresco en el panorama de modelos de crear bienestar: gente que hace que otros obtengan bienestar dentro de un esquema en el que ellos también obtienen ese bienestar. Colaboración real, esto es lo que promueve el p2p. ¿No sería genial que esta ideología trascendiese a todos los ámbitos sociales? Y todo esto lo quieren eliminar, para seguir metiéndonos en la cabeza la idea de que si tienes algo que otros quieren, aunque no te cueste nada compartirlo, no debes hacerlo gratis. Que dar sin exigir es malo. En el ejemplo del CD de Metallica de dos párrafos más arriba, quieren convencer al usuario que se compró el CD y lo subió de que si él tuvo que pagar, que paguen todos. Que su generosidad al compartirlo es mala. ¡Que está robando! Y quieren envenenar así la moralidad colectiva de la ciudadanía con la triste excusa de ganar más dinero. No os dejéis convencer, por favor.